Mitos frecuentes sobre la enfermedad renal

En este artículo, abordamos los mitos más comunes sobre la enfermedad renal, para ayudarte a entender mejor cómo cuidar tus riñones y prevenir posibles complicaciones. Y es que hay creencias que muchas veces generan confusión o retrasan el diagnóstico y tratamiento.
Verdades y mentiras sobre la enfermedad renal
«Si no tengo síntomas, mis riñones están bien»Falso. La enfermedad renal crónica puede avanzar durante años sin causar molestias. Por eso es clave hacerse análisis si tienes factores de riesgo como hipertensión, diabetes o antecedentes familiares.
«La diálisis es el final»No es cierto. La diálisis es un tratamiento que sustituye la función de los riñones, no significa que se termine la vida activa. Muchos pacientes siguen trabajando, viajando y disfrutando con su familia.
«Las piedras en el riñón siempre se deben a tomar calcio»Falso. La mayoría de cálculos se deben a factores como la deshidratación, la dieta o el exceso de sal. En algunos casos el calcio influye, pero no siempre. Dejar de tomar calcio por tu cuenta puede ser contraproducente.
«Los problemas renales solo afectan a personas mayores»No necesariamente. Aunque la edad es un factor de riesgo, los riñones pueden dañarse a cualquier edad, sobre todo si hay enfermedades como diabetes, hipertensión o infecciones repetidas.
«Si me siento bien, no necesito tomar la medicación»Error común. Muchos tratamientos para el riñón o la presión arterial son preventivos. No se toman porque uno se encuentre mal, sino para evitar que las cosas vayan a peor.
«El café daña los riñones»No necesariamente. Tomado con moderación, el café no es perjudicial para los riñones en personas sanas. Incluso algunos estudios sugieren que podría tener cierto efecto protector. Eso sí, si tienes hipertensión o problemas cardíacos, conviene moderar el consumo y comentarlo con tu médico.
«La sal no es un problema si me siento bien»Falso. El exceso de sal en la dieta es uno de los principales responsables de la hipertensión arterial, que a su vez es una de las causas más comunes de daño renal. Aunque no sientas nada, el exceso de sal daña en silencio. Reducirla siempre es buena idea si quieres cuidar tus riñones y tu corazón.